En las vacaciones de carnavales Áfrika recluta en la cocina a su marido y sus dos hijos. Hacen falta manos para estirar y freir orejas. El día anterior ella amasó con energía.
A los niños les pide que estiren muy muy despacito con las puntas de los dedos ¡para que no se rompan! Áfrika sabe que las romperán y las moldearán como hacen con la plastilina de clase para que sean rosquillas
Su marido y ella están a lo que hay que estar y sin mirarse a los ojos. Y sin mirarse.
Él " estilo Arguiñano" con el mandil atado hacia adelante y un paño enganchado.
El olor de la piel de la naranja moviéndose en el aceite les indica que es hora de freir.
Los niños moldean rosquillas entre risas como si les hiciera cosquillas la masa en las manos, mientras su padre parece un artista modelando la masa dentro de la sartén con los tenedores, para darles forma de oreja. África, a medida que su marido las fríe, las pone sobre un papel absorbente con cuidado de que no se rompan. Se turnan. Ahora es ella quien fríe.
Áfrika y su marido siguen atentos a lo que tienen que estar, sin mirarse a los ojos. Pero la atracción se palpa a pesar del sonido del extractor.
En toda la cocina se mezclan los olores de las orejas recién hechas: anís, ralladura de limón, mantequilla y las risas de los niños...
Áfrika y su marido terminadas las orejas mandan a sus hijos con una bandeja de ellas a la salita de estar donde están los abuelos. Y los niños se van en una ardua discusión sobre quién hizo las rosquillas mejor y más redondas reclamando la atención del abuelo.
Áfrika y su marido están solos, ¡se cruzan las miradas por fin! Me van a concebir a mí. A su tercera hija. Mi padre quita la cinta roja que atrapa el pelo impetuoso de mi madre de gruesos labios y cuerpo redondo. Mi padre, de barba castaña y ojos claros, se desata el mandil.
Un torbellino apremia las manos expertas de ambos. El suelo se cubres de prendas.
"¡Pero bueenooo! Alguien se acerca por el pasillo en el momento crucial en el que mis padres están a lo que tienen que estar. Mi futura vida está en peligro y no puedo gritar ni hacer algo como cruzar los dedos o rezar". Es la voz de mis futuros hermanos la que interrumpe los pasos de mi futura abuela al gritarle: el abuelo dice que las rosquillas de los dos están perfectas ven tú a decidir, abuela".
Obvia decir que a los nueve meses de aquel día creativo nací yo.
Sonrisas mil
Nolis

María, me gustó leer tu relato. A la cabeza me venía tu voz, tal cual nos lo leíste en clase🗣
ResponderEliminar¡Es de concurso!