A propósito de mensajes en una botella...
ESTÁS BIEN AHORA
Estás bien ahora. Esas sólo tres
palabras encierran toda una lección de vida. Si pudiera yo encerrar también
esas tres palabras, simples, claras y firmes, en un pequeño barco de cristal,
un barco que navegara en aguas pasadas. Aguas que, en lugar de caminar hacia
más allá, más adelante, retrocedieran hacia antes, hacia otros días.
La lección que dan esas tres
palabras la recibí hace tiempo. Las oí en la boca de una abuela, las palabras
de una mujer que miraba una fotografía vieja, donde ella, en aquel momento con
más de setenta años, veía a una mujer aún joven, de más de cuarenta. Ella
pensaba, y me decía: “¡qué ironía la vida! ¡Qué bien y qué joven me veo yo
ahora en esa imagen y qué vieja me sentía entonces! ¡Si lo llego a saber!” Lo
decía como una niña que, de pronto, descubre un misterio, el del paso del
tiempo. Pero la niña a quien se lo decía era yo.
De repente, el tiempo, los años se
estiran. El pasado lejano era ayer mismo, es hoy el mañana de entonces. Siempre
es hoy, mañana nunca llega, y nunca termina de ser. Hoy estás bien. Sólo eso
importa. Hoy quisiera ser la niña, la mujer de cuarenta y la abuela. Y navegar
en el tiempo, en el barco de cristal, para decirle a ella, a la mujer vieja: ¡estás
bien!, a la mujer de más de cuarenta: estás bien, y a la niña: aprende esto
para siempre: estás bien ahora.
Vuelves a jugar con el tiempo en un relato muy delicado. Que bonito, el barco de cristal
ResponderEliminarHola, restauré mis relatos, ¡Que fluya...!
ResponderEliminarMaría, ¿estás bien ahora? Muy bonito.
Sííí! Gracias, y si no está todo bien, yo me lo digo igual: estás bien ahora. Y sobre todo me gusta decirlo a otros, deseando que me crean.
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