Bueno...no me gusta mucho esto de ser yo quien firme la primera entrada, pero ... de alguna manera hay que romper el hielo. La voz quiere cumplir con el reto de meterse en la piel de un personaje, presentándolo con su propia voz, en este caso, nunca mejor dicho. El texto intenta traducir al papel los sentimientos, o pensamientos, del personaje durante una actuación, una noche en concreto, en Las Vegas en el año 1978. Si esos sentimientos se han transmitido con acierto en el texto no puedo decirlo yo, y no podemos preguntárselo a quien actuaba aquella noche. Habrá que ver aquella actuación que quedó grabada para siempre, y disfrutar su voz.
LA VOZ
Caesar´s Palace, Las Vegas, 1978. Interior
de camerino. Hombre, más de sesenta años. Frente a un espejo rodeado de luces,
con bombillas potentes. Vestido con camisa blanca, pajarita y gemelos en los
puños, americana negra de smoking. Dos anillos, uno en cada mano. Siempre he
pensado que estas luces son… demasiado fuertes, un poco crueles,
envejecen, hay que alejarse de ellas, las siento en la cara como si quemaran,
como si ardiera.
Pasillos interiores. El hombre
camina despacio retocando el pañuelo del bolsillo de la americana, colocando la
pajarita, masticando chicle, con un vaso en la mano. Salud al camarero. Da un
trago más y mira el reloj. La bebida, es sólo para calentar la voz, sí, ya. Posando
para la foto con un fan, manos en los bolsillos. Esta pose la tengo muy
sabida, a la gente le encanta. Una ligera mueca. Me pregunto cuánto más
puede durar esto, cuántas noches más, cuántos vasos, cuántas fotos, cuántos
fans más. Se mira en otro espejo. Esto está mejor, menos iluminado, todo
parece más difuso. Otro trago y allá voy.
Escenario, detrás de la cortina,
entre los instrumentos, cerca del piano. Quiero hielo en los vasos, mucho
hielo, y quiero todo limpio. A veces tengo la boca algo seca. Un trago. Sin
pasarse, que a veces después se me va la lengua, y hay que vocalizar bien,
siempre, que no parezca que las palabras resbalan, no hay que hablar demasiado
rápido. Que no piensen que he perdido ya el control de la expresión… Bueno, aunque
la lengua se me vaya un poco tengo la voz y haré con ella lo que me dé la gana.
Puedo cantar igualmente, puedo hacerlo como quiera.
Cortinas abiertas, en el escenario
el artista principal y los músicos, todas las luces encendidas. Ya se
ilumina la sala, ahí está el público, lo veo, veo mucha gente hoy, creo que
está completo, otra vez, bien. Allá vamos. Sonrío. Buenas noches,
señoras y caballeros.
Minuto 11 de la actuación. Maybe
this time, así, dicho con rabia, sí, quizá esta vez voy a ganar. Ahora The lady
is a tramp, sin duda lo es, no puedo evitar sonreír, es divertido, intento
bailar, sí, lo intento, bailar, pero mis caderas, no se mueven mucho ya. Minuto
20. Someone to watch over me, mmm, canto como si estuviera yo solo,
explicándome, para mí mismo, porque en realidad no sé bien a quien dirigirme. Minuto
27. A ver cómo, a ver quién, a ver si alguien pronuncia esto mejor que yo, baubles,
bangles and beads, bailo, son sólo tres pasos, en realidad no puedo dar más. Minuto
31. Primer cigarro, he aguantado sin fumar suficiente tiempo, aunque, bueno,
lo enciendo sólo para entretenerme un poco. Minuto 38, el público pide My
way. Ya empezamos, bueno, bien, hoy han tardado en pedirla, también ellos
han aguantado bastante sin la dichosa canción. No, les digo your way,
your way, ¿acaso yo les digo lo que ellos deben hacer? Me falta el vaso, trae,
ahora vamos a hablar un poco, nada de canciones. Cantaré cuando yo quiera
¡Salud! ¡A que estoy elegante!, me quitaría la chaqueta, pero no, así mejor,
aunque sude. Minuto 55. Don´t worry about me, sí, no os preocupéis, si a
veces doy algún traspiés, no pasa nada, todo lo tengo controlado. Menudo show,
menuda noche, lo digo cada vez, y lo digo como si fuera la primera, lo digo
cada noche, pero hoy no he estado nada mal, hasta ahora todo bien.
Una hora y cuatro minutos de
espectáculo. My way. A veces tengo que reconocer que empiezo a estar
cansado, estoy empezando a estar harto, de decir cada noche eso de la cortina
final… En realidad pienso en ello cada vez que, por el contrario, la cortina se
levanta y se encienden las luces, sí, el fin está cerca. Un día la cortina
caerá para siempre y las luces se apagarán, para no volver a encenderse. Toca
primero presentarla, a la canción, a ella, como si fuera una diosa, con
respeto, que no se note que algo, un poco, me fastidia, volver a ella, otra vez.
Voy a decir eso de que odio esta canción, a ver qué dice el público. Sí, ellos
también la odiarían si la cantaran durante tantos años, hablando así, en
pasado, como si todo fuera a acabarse ya, como si la vida ya … Espero poder
dominar estos pensamientos, que esta emoción no me estropee la nota final.
Empiezo suavemente, con voz baja, cierro los ojos, agarro el micro. Quiero ese
violín más alto, más, más! Me pongo serio, alzo la cabeza, sí, yo hice más que
eso, más que todo eso. Sí, a veces mordí de más, lo sé, quise más y más, y tuve
que escupirlo. Así fue, así lo siento. Debo tomar aire, miro a lo lejos.
Quisiera bajar el tono hacia el fin de la canción, no demasiado, un tono bajo, como
si la tristeza no me dejase fuerzas, porque, en realidad, cuando ya todo está
terminando, ¿qué nos queda ahora de todo aquello? Ése es mi lamento. Fue
divertido, al menos. Bien, hay que concluir, vamos subiendo el tono, más
volumen, vamos llegando al momento cumbre. Con fuerza. Sí. Aquí sigo, aquí
estoy, otra vez, otra noche más. Fabuloso.
Final de la actuación, América. Ahora
ya, quiero bajar de My way, del lugar donde estoy yo solo, como si yo, mi vida,
lo que fui y lo que hice, lo fuera todo, no quiero ser ya más el centro de
atención, quiero saltar desde lo más alto, a la tierra, quiero abandonarme y
desaparecer, ser una más entre las voces de la gente. Para ti, América, mi
amada. Precioso. Os quiero a todos. Besos.
Cae la cortina. El hombre vuelve a
los pasillos. Más fans, más saludos y besos. Y se despide con la camisa
abierta, y el pecho, el corazón, al descubierto.
Me gusta mucho este relato
ResponderEliminarAl principio vemos físicamente al personaje desde fuera. Después oímos su voz interior. La voz de la voz, que bueno. Al leerlo nos vemos en el escenario. Ya no lo oímos, ahora somos el. El recurso del tiempo, como hilo estructurante funciona muy bien, lo vivimos con el, sentimos su cansancio. Que bien
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