miércoles, 1 de noviembre de 2023

 Marcho!

Marcho! Así, con su signo de exclamación. ¡Cuántas veces! ¡de cuántas formas! Lo digo mucho y con muchos significados distintos, pero siempre es la misma palabra: marcho! Si hay algo malo, alguien que no me gusta, marcho! Lo dejo atrás. Si, por el contrario, estoy disfrutando pero hay que irse, marcho! Con pena pero marcho, porque todo lo bueno es breve y parece que se acaba muy pronto. Si hay un camino difícil, marcho igual, como marcha un ejército, con decisión y ánimo resignado. Marchando vamos al trabajo, a comer, a descansar, a dormir. Marchamos pa´casa. Marchamos de vacaciones. Pero el mejor tiempo del verbo marchar es, sin duda, su presente, yo marcho, exclamando, o alivio, o pena, o desafío. Pero vamos marchando.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Claro de luna

- ¡Me tenéis frito!- grita el director de la orquesta.  El ensayo no fluye, pese a que empezaron a afinar los instrumentos recién estrenada ...