La casa junto al mar
La casa está allí quieta, donde
rompen las olas. Donde rompen las olas también se rompen las almas. Si hay algo
que hacer allí, es romperse. Cerca de las rocas, las personas van a caminar y a
pensar, pero ¿qué les cuentan los árboles? Dicen algo que están deseando oír.
El viento les dice “camina” o “no te pares”. Y el mismo viento abre una
ventana, o cierra una puerta. La casa parece vacía, su dueño puede que no esté
ahora. Quizá estuvo, en la mañana, pero ahora, en la tarde, está caminando. ¿Por
dónde? ¿Por donde va a ser?, ¡donde rompen las olas!.
25 de junio de 2023
Muy bonito. Yo no sé comentar, la palabra romper provoca tranquilidad.
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