viernes, 2 de junio de 2023

Querido diario

   Es treinta y uno de mayo día en que se acaban las clases de escritura creativa y, además, se cumplen cuarenta y dos de haber hecho la primera comunión con los once recién cumplidos por eso tengo, de ella, muchos recuerdos: 

Que la vecina del segundo de nuestro edificio abrió la puerta, cuando bajábamos las escaleras y nos regaló una moneda de cien pesetas brillante.

Que la hicimos en el colegio con más niñas, todas vestidas de blanco- mi hermana y yo llevábamos una diadema de florecillas blancas.

Que yo leí con un micrófono cromado en color plata.

Que lo celebramos con mis abuelos en casa de mis tíos y que cuando salió del horno la carne en rollo en su bandeja, terminó en el suelo y la comimos entre risas y, de postre, melocotón en almíbar, color amarillo huevo.

Que después fuimos a los jardines de Méndez Núñez a quitarnos fotos con un fotógrafo. 

Que el día anterior mi madre nos llevó a la peluquería.

Que repartimos unos recordatorios con unas imágenes muy bonitas y con letras doradas.

De eso hace cuarenta y dos años. 

°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°

Pues sí que llegó el último día del curso de escritura creativa. 

Le dí a Víctor ,el profe, en nombre de la clase: una servilleta usada, porque no encontré el kleenex que llevaba, y un opúsculo titulado " palabras (desenvueltas) para regalo", con relatos escritos para la ocasión y, supuestamente, a hurtadillas de Víctor.

 El profe nos entregó un diploma personalizado y no faltaron bombones.

 La emoción apareció vestida de blanco con destellos azules lo que propició la calma y que nadie utilizara el kleenex. 

Después nos fuimos a una cafetería. En el trayecto pasamos por el parque de la torre, dónde un conejo doméstico beig claro comía margaritas, olisqueaba la hierba y corría dentro de la cerca metálica que bordea el pequeño jardín.

En la cafetería la conversación fluyó en color amarillo e hicieron su aparición los viajes y las anécdotas. Cenamos tortilla de color amarillo huevo.

Quedamos en reunirnos en quince días con el sol de junio, amarillo.

Sonrisas mil

Nolis


Pd El poeta, desnudo,

cuelga de una percha de un árbol perdido

Y las palabras van 

al poema a vestirse( Aurora Luque)

1 comentario:

  1. Acabo de reelerlo. No sé porqué pero me parece que nuestras clases acabaron hace un siglo...ya no hay deberes, ya no hay escritura, ya no escucho vuestras historias. Sólo de vez en cuando me viene alguna idea. No puede ser! Hay que volver a fabular.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Claro de luna

- ¡Me tenéis frito!- grita el director de la orquesta.  El ensayo no fluye, pese a que empezaron a afinar los instrumentos recién estrenada ...