martes, 24 de octubre de 2023

El placer de leer


Hace tres años que en la casa de Josefina la habitación destinada a biblioteca permanece cerrada. En vida de su marido los libros que él leía o consultaba siempre se aireaban y, además, se limpiaban con un pincel, pues él temía que una plaga terminara con su apreciada biblioteca. 

Josefina, delgada y con una trenza floja y cana, de vez en cuando, con una foto en la mano se acercaba a la puerta de la biblioteca y ponía los dedos en el pomo, para retirarlos con la cara bañada en lágrimas.

Con el revuelo de lo que le pasó a su marido, el día de su muerte en la biblioteca, el libro que estaba leyendo "El Quijote" se guardó, sin limpiar y airear, con un intruso ¡ un gusano del papel!

Se llama Tito y no apareció solo, sino con su familia.

A Tito despierto y de ojos suaves le gusta leer. Por eso madruga muchísimo. Cuando los demás se ponen a devorar la hoja del libro a la hora del desayuno, él ya se la leyó e incluso va dos capítulos por delante. 

La madrugada del domingo Tito está tan enfrascado, en el capítulo en que Don Quijote se enfrenta a los molinos de viento, que no oye un tintineo seguido de unos tacones. Es Josefina que enciende la luz y acaricia con los ojos la biblioteca, la butaca y el escritorio de su marido. Se va dejando apoyada en el lomo del Quijote una foto antigua de cuando ella y su marido se casaron. La foto tiene una intrusa que Josefina no vio. Un gusano del papel, hembra, con una pamela roja . Cuando la luz se apaga dice en voz alta:-hola, hola soy Sirel. Tito al oirla piensa 《¡ Oh mi dulcinea!》 y contesta.

-Hola soy Tito

《Su voz tiene un color dulce, tan dulce》, piensa Sirel al oirla y no duda al preguntar ¿En qué libro estás? 

-¿ te parece si elegimos nuestra primera lectura? -pregunta él emocionado

- ¡oh, sí quiero!- grita ella .


Sonrisas mil

Nolis



 


La casa junto al mar

 


Una casa, un árbol, un mar. ¿Qué dice ese árbol? Todos los árboles son habladores, pero ¿qué cuentan? ¿Para quién hablan? Su silueta recortando el horizonte. A lo lejos, cerca de un mar azul, pero de un verde intenso, esas ramas que se nos acercan. Dicen que hablan las fuentes, también hablan las hojas, a veces de día, pero siempre hablan más, y más alto, en la noche. En esas horas de junio cuando el día no acaba de irse. Se va haciendo de noche poco a poco, un cielo azul de un tono cada vez más oscuro, hasta confundirse cielo y ramas.

La casa está allí quieta, donde rompen las olas. Donde rompen las olas también se rompen las almas. Si hay algo que hacer allí, es romperse. Cerca de las rocas, las personas van a caminar y a pensar, pero ¿qué les cuentan los árboles? Dicen algo que están deseando oír. El viento les dice “camina” o “no te pares”. Y el mismo viento abre una ventana, o cierra una puerta. La casa parece vacía, su dueño puede que no esté ahora. Quizá estuvo, en la mañana, pero ahora, en la tarde, está caminando. ¿Por dónde? ¿Por donde va a ser?, ¡donde rompen las olas!. 


                                        25 de junio de 2023

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